"Dame Jesús el sosiego que necesito para acercarme sin prisas
a la fuente inagotable de las aguas de tu ternura y compasión"
Señor Jesús me invitas en cada ocasión a no perder la serenidad ni mucho menos la calma: el sosiego del alma; sólo así se responde certero a la voluntad del Padre Dios.
Tú la viviste, de sus aguas bebiste, saciaste tu sed y así te hiciste manantial inagotable de límpidas aguas de ternura y compasión, del que todos los que de ti tuvieran sed pudieran beber.
El mundo impone su ritmo, no da tregua: exige y demanda, no siempre está claro el para qué. Sed ocasiona y de sus aguas no se sacia alma. Los días pasan y la vida con ellos, no hay tiempo: sed tengo en todo momento.
Este mundo se impone y no es que sea todo malo, sin embargo a veces se hace tarde para reaccionar a los vacíos que va dejado en la existencia. Por ir tras sus utopías, agostada se va quedando mi alma, sediento siempre va dejando mi corazón, y mientras más bebo de sus aguas más sed tengo.
Calma y serenidad, Señor es lo que necesito para reconocer en medio de estos afanes, tu rostro. Eres tú, Jesús, Oasis en este desierto que desgarra los rostros de tantos; que de sus soledades, sufrimientos y desprecios quedan sedientos y sus ojos silentes gritan con fuerza: “dame de beber”.
Dame Jesús el sosiego que necesito para acercarme sin prisas a la fuente inagotable de las aguas de tu ternura y compasión; con ellas refrescar la aridez y resequedad que va dejando en mi alma el apuro de ganar el mundo: mi orgullo, soberbia y vanidad; también es mi soledad.
No más escudos; no más barreras ni apariencias, dame de tus aguas y, de ellas el valor para llevar a flor de piel el corazón que siendo como el tuyo se esconde para no ser herido como lo fue el tuyo, mas atravesado de tu amor ser contigo lugar de solaz, pequeño remanso de paz, compasión, ternura y bondad.
Amén
Yerko Reyes Benavides
@bereyerko
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