"Transitase las carencias de esta existencia
sin dejar en el camino la alegría de vivir"
Señor Jesús, no han sido pocas las veces que con fervor te he buscado en la tribulación y luego, al terminar la tempestad que impacta violenta mi alma, te he dejado. Mi fe es la del despojado:
¿O será acaso que, la privación hace que despierte una fe que luego desaparece?
Tengo necesidades, tú lo sabes, en ti está conocer, entender y comprender. En ti está la bondad y la compasión; te das en conmiseración.
Pudiste demandar, imponer y exigir. Lo tuyo pudo ser golpear con violencia, requerir y tomar por la fuerza: doblegar y obligar. Pero en la eternidad de tu divinidad decidiste la única cosa que de tu naturaleza no se esperaba: aprender a necesitar; al igual que yo.
Hombre en todo te hiciste; no fue un vagabundeo en tu divinidad pasearte por las restricciones de una humanidad jadeante que no te corresponde. Uno con nosotros, incluso en la debilidad.
Aprendiste a necesitar: de un padre sus cuidados, de una madre su ternura; de los amigos su cariño; de la gente su respeto; de los íntimos la lealtad.
Sin embargo aprendiendo lo que nos hace humanos, nos enseñaste en la humanización de tu divinidad a ser totalmente libres. De necesitar no te volviste esclavo.
Transitase las carencias de esta existencia sin dejar en el camino la alegría de vivir; el gozo de existir y hacerte uno en todo, uno con todo, parte y todo con el todo.
La vida no es ir de necesitad en necesidad, dijiste. La vida no es dejar que la insatisfacción imponga su ritmo, pena y dolor perenne en el alma.
Necesitar es confiar que hay un Padre que ama, y amando nos da lo que nos falta, lo único que en verdad precisamos.
Señor, enséñame a ser libre y aunque no deje de necesitar, que mi necesidad sea amarte y confiar que no me falta tu amor.
Amén
Yerko Reyes Benavides
@bereyerko
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