martes, 1 de agosto de 2017

Hablando de Espiritualidad

Hace algunos días atrás una persona me hacia una sugerencia que todavía no he podido cumplir. Hemos estado adentrándonos en el tema de la Espiritualidad, y no hemos llegado aún a ponernos de acuerdo en que significa, cómo se entiende y qué es la Espiritualidad. La propuesta que me hacían era que abordara en un escrito este tema, dándole prioridad a la exposición de una definición que nos aclare a todos lo que estamos haciendo e incluso lo que estamos buscando entre estas líneas y en esta página que se define a sí misma como “Revista digital de Espiritualidad”.

Por acercamiento en los distintos temas presentados consecutivamente en esta etapa de la Revista, hemos podido ir esclareciendo el tema de la Espiritualidad y su definición. Es decir estamos abordando las partes de la Espiritualidad para llegar a su todo. Pero en este caso, las partes son más ricas que su todo, y el todo –que en este caso sería una definición, un concepto una teorización, no es más rica que sus la vivencia de sus partes.
¿Qué hemos dicho sobre la Espiritualidad”
  • La Espiritualidad es la dinámica del alma que busca adentrarse en las profundas aguas del amor de Dios.
  • La Espiritualidad es un movimiento que está inspirado por la presencia activa y actuante del Espíritu Santo en nuestro corazón.
  •  La Espiritualidad es una de las dimensiones que identifican la humanidad de la persona, así como lo son la dimensión biológica, psicológica, social, política, cultural, ecológica.
  • Sin embargo, no es una dimensión más del ser humano, sino es la dimensión que articula, le da movimiento, integridad, unicidad a todas las demás para la integración del ser humano como una realidad única, sin divisiones ni dualidades.
  • La Espiritualidad es un camino, una peregrinación un itinerario de la persona que se hace cada persona en su intimidad, por tanto, necesita de la soledad más el itinerario se hace en compañía de otros, en comunión, en armonía y en solidaridad.
  •  La Espiritualidad por ser un itinerario necesita de instrumentos, estrategias, métodos, herramientas, que faciliten su desarrollo, ya que dicho itinerario implica un aprendizaje y conlleva un cambio de comportamiento (metanoia-conversión).

Todos estos elementos nos han hablado de lo que implica la Espiritualidad, sin embargo no nos la definen. Y todavía no la vamos a definir, por una sencilla razón, estamos utilizando el método de introyección. Es decir, vamos haciendo el camino estratégico espiritual de ir de afuera hacia adentro.

Los temas que hemos abordado, las estrategias que ya van siendo parte de nuestra cotidianidad, van preparando el terreno interior para poder navegar más profundo. Como decíamos en algún momento: conocer se conoce conociendo, vivir se vive viviendo, amar se ama amando; por tanto la Espiritualidad no es una definición sino una vivencia. Por eso se habla de “Vida Espiritual”.

Hablando de este ejercicio de “desaprendizaje” necesario para aprender la novedad de la vida en el espíritu, es necesario que seamos conscientes que necesitamos renunciar a nuestro ego, a nuestro orgullo, a la identidad que hemos construido hasta ahora y que seguramente, en algún punto nos daremos cuenta que ha sido una máscara con la cual hemos escondido nuestro propio ser en su esencia y naturalidad.

Los niños son para nosotros en este aspecto nuestros maestros. Puesto que ellos no necesitan ser otra cosa de lo que son, ni necesitan aparentar lo que no tienen. La libertad de los niños de ser auténticos es lo que les permite sonreír franca y espontáneamente. Sonrisa que seguramente podremos reencontrar en este crecimiento interior.

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