miércoles, 9 de agosto de 2017

Contra toda Esperanza


Reflexionando sobre el Evangelio, no en un pasaje en particular, sino más bien en su conjunto, concentrando la atención en la persona de Jesús, su manera de pensar, su forma de sentir, su lucha, su convicción, su entrega, su rebeldía, no sólo en su dimensión divina, sino en su condición enteramente humana, es sorprendente. 

La fuerza, la entereza, la convicción y la fuerza interior que lo movían y que lo impulsaban a actuar en conformidad a su misma naturaleza y esencia. Jesús era capaz de ir en contra toda esperanza. Esa visualización de Jesús a cautivado el corazón de muchos a lo largo de la historia pasada y reciente y, seguirá cautivando a otros a lo largo del tiempo. 

En esa mirada, a partir de este encuentro con Jesús podemos nosotros también renovar día a día y pesa a toda contravención, la desesperanza no se va a instalar en el corazón de aquellos que se alimentan de la gracia de Cristo el Señor por más adverso que sea el camino que hay que transitar. Y para ello hay que ser coherente con nosotros mismos. De ahí viene la gota espiritual de hoy, que le pertenece a Martín Descalzo, que comparto totalmente puesto que una de las peores cosas que le puede pasar a un ser humano es "resignare" y a "dejarse arrastrar" por las circunstancias.

En un corazón renovado por la fuerza y la gracia del don de Dios no cabe, puesto que no entra, la desesperanza. Eso significa "creer contra toda esperanza" (Cf. Rm 4,18)

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