lunes, 7 de agosto de 2017

No tengan miedo

Sin lugar a dudas las cosas que vivimos van marcando nuestra manera de ver la vida y de hacer las cosas. Antes estaba 100 % seguro de que Ortega y Gasset tenía razón cuando se auto-definía diciendo: "Yo soy yo y mis circunstancias". Hoy día no le doy tanto crédito a esta concepción puesto que destinaríamos al ser humano a ser victima de su entorno, de lo que acontece que no depende de él pero le termina afectando. Hasta ahí vamos bien. Pero cuando pensamos un poquito mejor, Ortega y Gasset lo que proponía era que las circunstancias terminaban afectando directamente la esencia del ser humano y cambiándola a discreción del momento y de la circunstancia.

Teniendo en mente esto, buscaba como abordarlo de una manera nueva. Yo soy yo, si, de acuerdo, las circunstancias forman parte de mi fluir, de mi pasar, de mi transitar cada etapa de la vida, pero no me definen, no se adhieren a mi esencia a tal punto que afecten lo que soy siendo y lo que seré. En ese ser siendo, está la presencia de Dios, que me dio la humanidad que comparto y la individualidad que me distingue. Lo que soy, lo voy descubriendo, y las circunstancias ayudan a descubrirlo si las sabemos aprovechar o dificultan y entorpecen ese descubrimiento. En todo caso, las circunstancias sirven para ayudar a comprender lo que estoy viviendo y las decisiones que estoy tomando, los rumbos que voy emprendiendo. De alguna manera las circunstancias me hacen justicia

La gotita de espiritualidad de hoy, la tomo de la determinación determinada de Santa Juana de Arco. Una joven que contravino muchas cosas, rompió muchos esquemas y paradigmas, se enfrente a muchas contradicciones, juicios, señalamientos, sin embargo, cuando descubrió su misión no hubo quien la detuviera. 

Así nos debería pasar a nosotros también. Pidámoselo a Dios.


No hay comentarios.: