No siempre entendemos bien a lo que Dios se refiere cuando nos pide que seamos humildes. Y por ahí de humildad poco y vanidad mucha, el ego nos domina y nos hace revestirnos de falsas "humildades" a las que les sacamos el juguito. Humildad y no humillación. Humildad y no falsa modestia. Humildad y no hipocresía.
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