lunes, 17 de julio de 2017

Con tus Ojos Señor

Cuando nuestro corazón se entrega en apertura y confianza en Dios, sólo le pide que le enseñe a amar. Aspiramos el amor de Dios, el centro de nuestra vida interior se convierte el amor de Dios, porque Dios es amor. Cuando nuestro corazón está invadido y poseído por el amor de Dios, entonces, nuestro amor se vuelve entrega. "No se ama más, se ama mejor". Para llegar a esto necesitamos un cambio. Odres nuevos para el vino nuevo del Amor del Señor. Nuestro espíritu entonces será capaz de amar, no según su arbitrio sino según la voluntad de Dios. Es decir, "amaremos lo que Dios ama y como Dios lo ama". Me gusta decir esto con frecuencia. A ver si así entendemos que el amor no es un acto de nuestra voluntad sino un don, un beneficio de Dios en nuestra naturaleza humana, que se perfecciona asi misma a la medida en que aprende a amar y vivir según ese amor que descubre.

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