viernes, 13 de diciembre de 2019

Tu Casa

Qué deleite es para el corazón entrar, estar y quedarse en tu presencia Señor; grande es la dicha que se siente pero más es la paz que rebosa al alma, permanecer en tu casa.

Puedo soltar la carga que desgasta al espíritu, siempre animoso y dispuesto a seguirte en todo, y a hacer camino de justicia, bondad y libertad siempre de la mano contigo, Jesús, amigo.

Es en tu casa, mi amado Señor, donde puedo por un instante olvidar la pena y el pesar que llevo cual espina incrustada en el corazón; me favoreces con tu compasión y tu ternura me ennobleces, me fortaleces con tu gracia y puedo continuar.

No me reproches si al mundo no quiero volver, y permanecer resguardado en tu casa; sé que me insistes en tomar el camino que conduce al Calvario, es inevitable pues tu destino en mí, no es la Cruz, sino la Gloria, aunque por ella pase su sendero.

Déjame quedarme, Señor, un instante más, que este sólo momento de paz, sosiego y tranquilidad es suficiente para retomar el aliento y emprender de nuevo el camino, en el que siguiendo tus hullas, a ti me definitivamente me lleve.
Amén

Yerko Reyes Benavides

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