Quiero en esta oración decirte, Señor, no soy tan fuerte, necesito descubrir que estás presente en lo cotidiano y así poder obedecer a tu designio divino sin perderme en el camino.No soy el más virtuoso, muchos hay más talentosos, y sin embargo, en mi te fijaste; ahora te pido, Señor, no me abandones mientras voy peregrino, de tu corazón bondadoso.
AménComo tantos, Jesús amigo, busco arraigar mi fe en la confianza que me das, cuando haces que tu voz resuene potente en mi alma y en mi mente; es tu palabra la que me sostiene en medio de la pena y el dolor: avivas mi esperanza.Jesús compasivo, hoy no te hablo de mi pecado, pues bien tú lo conoces, me has aceptado en mi condición, me renuevas día a día en tu amor, te pido aun en mi debilidad, no me dejes, ni de tu mano me sueltes.No, mi buen Maestro, no soy tan intrépido, ni audaz ni tan osado como tú, por eso antes del despertar de cada alba, acudo a ti, entregándote mi pequeñez: acoge clemente la sencillez de esta suplica.Jesús, mi Señor, mi amado, todo por ti yo lo soy, ven siempre en mi auxilio, renuévame por dentro, dame el coraje y el valor de hacerte en todo presente, pues tu amor a mi alma estremece y es la fuente que me mueve a dar en ti todo de mí.Más allá de todo, quiero en esta oración decirte, Señor, eres tú quien me hace fuerte; bendíceme siempre.
Yerko Reyes Benavides
No hay comentarios.:
Publicar un comentario