Señor y Dios mío, realiza en mi la obra de tu gracia, la que tu bondad alcanzó, para esta mi humanidad por ti constituida, de ti por tiempo alejada y en tu compasión rescatada, por tu amor renovada.
Señor y Dios mío, llévame sin dilación al altar de tu entrega, donde te sigues haciendo presencia y une mi vida a la tuya; ofrécela contigo como oblación que agrade al mismo Padre, en el cielo sempiterno.
Señor y Dios mío, permíteme ser contigo misterio de amor ofrecido, acércame a tu corazón en el que sea de compasión y ternura revestido, que en ti mi obrar sea fragancia agradable, que revele la delicadeza de tu divinidad.
Señor y Dios mío, doblo ante ti mi rodilla y me postro en el atrio de tu misericordia; toca con fuerza mi hombro, tiéndeme la mano, levántame renovando, dame la misión del servidor, envíame a ser cálido reflejo de la luz que en tu pecho no se extingue.
Señor y Dios mío, déjame poner mi vida en tus manos, que en todo, siempre serán mejores tus planes a los míos, y aunque contravengan mis deseos, por los caminos de la verdad me conducirás y a la plena libertad me llevarás, al lugar donde tú estás en la eternidad.Amén
Yerko Reyes Benavides
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