Abro mis ojos, en el amanecer de este día que me das y desde el mismo instante del alba, encuentro tu gracia, mi alma se exalta de gozo por el don de la vida y mi espíritu se siente agradecido, Señor, porque eres bueno conmigo.
Me das la oportunidad de un nuevo día, para ser vivido en la libertad que das de elegir de hacerlo según mi convicción y desde tu corazón, para el bien, la virtud y el amor.
Este amor que me das, primero, es tu bendición y, en tu bondad y compasión esperas que sea el que a todos dé, como de ti lo recibo; siendo ofrenda de tu ternura para todos los que en ti son mis hermanos.
Consagro a ti las horas de este día y que en cada acción que realice se me note que me amas y te amo.Amén
Yerko Reyes Benavides
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