Decir Sí y que sea para siempre, no es lo que hoy acostumbra la gente.
El Si de estos días, es más un “probablemente”; un “depende”; un “a ver lo que sucede”. El tiempo será el que irá marcando la pauta, pues este “Sí” de hoy, mañana pude ser un “No”.
Decir Sí, es efímero, tan pasajero como un lo es un suspiro que se da y rápido se pierde. Es cambiante, como lo es la circunstancia, no hay compromiso; la palabra dada no es ya garantía, todo va a depender del momento y del instante.
Decirte Sí, a ti, mi Dios y Señor, en este tiempo es un acto de fe, un desafío constante; se da una vez, se va renovando día a día. Confiar, ponerse en tus manos, decirlo es fácil; los sí de hoy no son para siempre y el mío corre, sin ti, el riesgo de perderse.
Decir Sí, es lo que quiero, no importa el deseo, ni tampoco la pasajera emoción de un momento, a Ti es a quien busco, Tú eres los que anhelo; ponerme en tus manos mi locura y mi deseo; no habrá arrepentimiento: seré en ti, serás en mí, todo por un Sí.
Decirte a ti que Sí, Señor, es mi imperativo. No es tan sencillo, abandonar los propios planes, plegarme a los tuyos, someter el albedrio, doblegar la voluntad a tus designios, mi desafío.
Decir Sí y decirlo para siempre es mi acto de consagración, uno que hago consciente, sin saber lo que viene, eso estará en tus manos, llévame a donde quieres: mi vida, mi ser, mi nada y mi todo; todo está ahora en ti, se tú ahora en mí, por este Sí humilde.
Decirte Si y que sea para siempre será lo único que a ti plenamente me lleve y en ti pueda entonces realizarse totalmente el sentido de este existir que vida le diste; ya te pertenecía, en la eternidad lo concebiste, para así en la eternidad poder darle plenitud.
María, tú que en un Si te entregaste para siempre y tu voluntad al servició de Dios consagraste completamente, en ti no hubo dudas, ayúdame a dar un Si como el tuyo, es lo que busco, ser como tú, de Dios, para siempre.Amén
Yerko Reyes Benavides
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