viernes, 28 de septiembre de 2018

Tu tiempo Señor sea mi tiempo


Oración de la Mañana:

¿En qué momento se van las mejores horas de cada día? ¿Cuándo pasa la vida tan veloz como las horas de la noche que en desvelos parecen eternas de no poder dormir y en dicha, un aliento? 

El tiempo Jesús, ahora que contigo estoy en la primera hora del día, se hace tan fugaz como una estrella que pasa rauda en el horizonte de mi ventana. 

Largo es cuando no lo disfrutamos; breve se hace en el momento en el que el alma se alegra y salta de gozo. Así es el tiempo. Pero ¿qué te cuento a ti si Tú eres su dueño? Tú atrás lo dejas y lo trasciendes. 

A veces, Señor no puedo quedar en silencio queriendo estar contigo y no cuento el rato que paso en oración. Otras veces apuro las manecillas de un reloj imaginario, para acelerar el paso de unos cuantos minutos que parecen muchos cuando pretendo escabullirme sigiloso y en los quehaceres del día esconderme sin remordimientos pro no pasar más rato contigo. 

El paso del tiempo es indetenible aunque en ocasiones, instantes se hagan eternos. Permite Señor, que mis horas sean contigo y que quiera gastar mi tiempo a tu lado. Que la eternidad se me vuelva un deseo pues anhelo tu Reino, y no sólo el del Cielo, sino ese que Tú por mi haces presente en este mundo que de relativos está tan lleno. 
Que tu tiempo sea el mío y el mío el tuyo, Señor, para que caminando los dos juntos trasformemos esta realidad y sus afanes y las volvamos virtudes y gracias que nos hagan ser más divinos siendo tan humanos. 

Amén

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