jueves, 13 de septiembre de 2018

Oración de cada Día

Oración de la Mañana:

Comienzo mi oración de la mañana como ya es costumbre: 
“Buenos días, Señor".
Despertar, Amigo, es traer de la noche a la vigilia los sueños que en descanso nocturno se hacen presentes, inconscientes.

A veces son anhelos, deseos por los cuales luchar. En el alma nacen, lo más íntimo de la intimidad. 

Otras veces aparecen los temores, miedos del corazón: murallas que paralizan la conciencia. 

Sin embargo en ambos, te necesitamos, Dios de Bondad, sin ti nada hacemos, no podemos pasos dar, nos detenemos y volvemos a la rutina que no la da sentido a la existencia: fallecemos sin morir.

Tú en cambio nos dices el Reino es de los que se arriesgan: “Vida en Abundancia” para los que creen, sueñen. Te decimos: “imposible”, e insistes: “Quizá para el hombre, para Dios todo es posible”.

Dame tu gracia, Jesús, el Espíritu que volar me haga, levántame del suelo y llévame al cielo: tocar las nubes quiero, y que mis sueños se hagan realidad puesto que mi mayor deseo es la Vida que me prometes.

Amén.


Oración de la Noche:

Señor Jesús, amigo y hermano, no todos los días son iguales, eso tú bien lo sabes. Días agitados también tuviste y en la madrugada te escapabas porque no había jornada que con el Padre aunque fuera un rato no quisieras estar. Como yo ahora contigo.

Tu sabes todo lo que pasó, lo que sucedió, conoces lo bueno que se hizo y también lo malo incluso lo que se dejó de hacer. Perdón por todo eso; pero si de algo sirve decir: “necesitamos tu gracia, sin ella nada hacemos aunque muchas cosas ocupen nuestro tiempo”.

Y por eso, te digo con seguridad y convicción: gracias por tu presencia sacramentada; gracias por tu Palabra, ahí me hablas al corazón y ahora, no me falte tu ternura puesto que dormir quiero en tu cobijo.

Amén.

Yerko Reyes Benavides

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