domingo, 31 de diciembre de 2017

Oración de Acción de Gracias


Desperté temprano, Señor,
para vivir la alegría de este último día;
temprano para transitar cada minuto de este día,
en acción de gracias a ti;
pues sin ti, no hubiera  llegado hasta aquí:
ninguna vida llega a alguna parte, sin ti o en ausencia de tu amor.

¿Qué decir, Señor, que tú no sepas?
En mi temporalidad, vivo la humildad de mi condición que,
en ocasiones me deja impávido ante las transitorias circunstancias,
de una decisión que te pongo a ti a tomar por mí,
mientras me compadezco y regodeo en  mi humillación.

La oscuridad me visita, como la noche al día,
sin embargo, a veces olvido el amanecer que,
está en ti, y sólo Tú se lo concedes a aquel que,
se desvela a las puertas de tu corazón.
Gracias, Señor, porque en tu amor traes la noche,
para que la luz de la aurora alboreé en el alma,
inquieta y sedienta de ti.

Mas cuando contemplo con mis ojos los días pasados
sólo veo amaneceres puesto que tú has hecho de la noche
luz, resplandeciente, en mi corazón.

Ha sido la soledad de la noche, la que ha traído al alma inquieta
la bondad de tu amor, por eso, en esté día, cuando miro hacia atrás
cierro con la luz de tu día, la oscuridad de mi noche y,
me doy la vuelta para, a pesar de las dificultades,
mirar con esperanza el día que comienza a transcurrir,
la vida que delante de mí, tú Señor, estiras,
porque sin ti, no hubiera llegado hasta aquí.

¿Acaso debo pedir perdón, por las lágrimas derramadas,
de noches de silencio y soledad? El día en que cayeron,
rebeldes e indómitas, sólo hacían espacio dentro del alma para,
dejarte entrar a ti en ella.

Pedir perdón por el dolor sentido, por la tristeza vivida,
por la soledad, el abandono, el destierro y el desierto pasados,
por la rabia acumulada o la impotencia de los podría haber sido,
no, Señor, porque en todo eso, con tú mirada y desde la mía,
una lección había,
que de rodillas habría de ser aprendida.

Gracias Señor, también por los días de pasión, que,
disponen el corazón a la gloria de la Resurrección:
único camino de Salvación.

Gracias por que si morir he de vivir, para estar contigo,
entonces morí una ya, para estar en ti, y mientras en ti esté;
viviré desde ya el cielo que tu amor,
prometió a los que perseveren hasta el final.

Gracias, Señor, porque en la oscuridad de una noche,
vi el amanecer, de hoy, para decir, Gracias Señor y que en
el venir del día no me falte tu amor, que es mi refugio,
fuerza, sentido, realización y trascendencia.


Amén

Yerko Reyes Benavides

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