jueves, 30 de noviembre de 2017

Setenta y cuatro Años de Eternidad

«Será preciso que alguien sobreviva para atestiguar que Dios estaba vivo incluso en un tiempo como el nuestro. ¿Y por qué no habría de ser yo ese testigo?»
(Etty Hillesum)

¡Y lo hiciste!

No está vivo sólo aquel a quien sus órganos funcionan biológica y fisiológicamente bien. 

Vive aquel a quien aun en su ausencia sigue presente en el corazón de los que lo aman. Vivir así, es desafiar al tiempo y al espacio; es ubicarse en la eternidad junto a Dios, donde ahora tú corazón late junto al amado que se sigue desbordando en amor en la humanidad y ahora se vacía junto al tuyo.  

Por ti, hoy, estamos redescubriendo el significado de la Resurrección que soñaste cuando contemplabas el cielo desde los barracones del campo de concentración donde viviste los últimos años de tu vida.

Retuvieron tu cuerpo, pero tu alma indómita jamás la pudieron contener, tu espíritu voló libre mucho antes del 30 de noviembre de 1943.

Hoy sigues presente y tu sensual intimidad con Dios abre puertas nuevas a los que buscan como tú buscaste, amar a los hombres en el amor de Dios.

En homenaje a tus 74 años de Eternidad.

Etty vives en y con Dios, para siempre y por siempre, ya resucitada con Cristo. 


PD. Discúlpenme si la gramática y la sintaxis no es la más ortodoxa en cada idioma. Mi intención fue hacer resonar esta oración en la mayor cantidad de corazones que me fuera posible. 

Yerko Reyes B.

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