Para una Vida Espiritual con Sentido.
San Juan XXIII
En una ocasión Jesús compartiendo con sus discípulos les hacía esta observación:
“De lo hay en el corazón en abundancia, de eso habla la boca” (Mateo 12,34)
Cuando el corazón y la boca se conjugan y se articulan para el bien es un don y ha de haber sido concedido, de forma peculiar y especial, al Papa Juan XXIII pues no has dejado un legado de bondad y compasión que dice mucho de la nobleza de su vida y espiritualidad.
Sin pretender agotar, en pocas líneas, una vida dedicada al servicio de Dios, proponemos en este escrito algunos pensamientos expresados por el Papa Bueno que nos han quedado como herencia espiritual.
Con el corazón puesto en Dios:
"Dios es todo: yo soy nada. Y por hoy basta."“Los sentimientos de mi pequeñez y mi nada me mantuvieron siempre en buena compañía.”"Tras una falta, un acto de humildad profunda; luego volveré a empezar alegre, sonriente siempre, como si Jesús me hubiese hecho una caricia..."
La humildad como virtud espiritual:
"A propósito de humildad evitaré en cuanto sea posible el hablar de mí en primera persona"El propósito de la espiritualidad:"Alegría siempre, paz, serenidad, libertad de espíritu en todas las cosas.""No busco ni quiero la gloria de este mundo; la espero muy grande, en el otro."
Con la mirada puesta en las personas:
«Sólo por hoy haré una buena acción y no lo diré a nadie»“Nada de lo que ocurra a los hombres nos debe resultar ajeno.”“Nunca vaciles en tender la mano; nunca titubees en aceptar la mano que otro te tiende.”“Me han mirado a los ojos con mis ojos. He puesto mi corazón cerca de su corazón”.
Con la esperanza puesta en el Señor:
“No consulte a su temor, sino a sus esperanzas y sueños. No piense acerca de sus frustraciones, sino sobre su potencial”.«Nadie conoce los caminos del futuro, pero cualquiera de ustedes que pase la noche solo y angustiado, encontrará en mi ventana una luz encendida»«Si Dios creó sombras es para destacar mejor la luz»
Que en estos pensamientos encontremos inspiración para nuestra vida de fe y de amor en Dios.
Yerko Reyes Benavides
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