Trazos a Mano es un espacio en nuestro Itinerario, que nos permite hacer a través de una breve propuesta, un alto. Detenernos del apuro en el que la vida y sus afanes nos llevan, y meditar, pensar y descubrir aquello que es importante, valioso e indispensable para nuestra salvación.
No estamos acá para hacer castillos en el suelo, sino para garantizar que nuestro paso por este mundo nos conduzca, por medio de nuestros quehaceres cotidianos, a la vida plena, a la vida eterna, a la vida en Dios.
Aprovechamos este trazo a mano y hoy nos preguntamos: ¿nuestro quehacer está propiciando ese lugar que Dios tiene reservado para nosotros en su Reino?
Jesús, claramente lo dejó establecido, al momento en el que su hora se acercaba, a sus amigos, a los discípulos les aseguró que su partida era necesaria pues iba a preparar un lugar en la eternidad para cada uno (Cf. Juan 14,2-5)
Lo más importante que hemos de hacer no es procurar bienes materiales, riquezas, privilegios, poder o humanos reconocimientos; sino, convertir nuestro empeño, en ocasión para la vida eterna, por la fe (oración) y en el amor (servicio y caridad) con el que vivimos todo momento.
En cada día ha de haber un verdadero acto de amor, de servicio y de entrega; una oración, un gesto de bondad o una obra de caridad que nos acerque a la vida eterna. Esto es invertir en eternidad. Lo demás está en las manos de Dios y su misericordia.
Yerko Reyes Benavides
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