Aviva en el alba de mi alma,
como la alborada anima al sol,
el resplandor de tu amor,
mi buen y amado Señor.
Abrázame en tu compasión
y no sueltes mi corazón,
para que te ame con tesón
y a ti me dé sin condición.
Tuya sea mi vida hoy y cada día,
para que mía sea la eternidad por ti prometida.
Amén
Yerko Reyes Benavides
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