AménSeñor Jesucristo, pródiga es tu clemencia, grande es tu magnificencia, el sol que fulgura a la distancia me abrasa al despertar: un día que en tu amor me das.¡Qué bueno eres, Señor!¡Tus bondades nos desbordas!Nos das vida en tu vida; ternura y compasión, los dones de tu corazón.Clamo y escuchas mi voz, me concedes el ímpetu de lo alto, que convierte el peregrinar de cada día, en una alabanza que exultante cante los gozos de tus amores.Convierte, Buen Señor, esta pasión que profeso, en un amor universal, tan grande, tan excelso, tan sublime como el tuyo.Que te ame, Amado, en los que amas, y así, me amarás, en los que también te aman.
Yerko Reyes Benavides
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