Oración de la noche y al final de cada mes
Este día ya fenece y en su ocaso llega a término un ciclo de este peregrinar, un mes se va, y ahora venida la hora de la noche, en tu presencia examino mi conciencia, Padre.Muchas cosas en tu nombre me propuse fueran hechas, otras ni si quiera en ti fueron planeadas, tan sólo realizadas; y en este justo instante, mi deseo es darte gracias, Dios Bueno, porque nada de lo que aconteció, sucedió sin el consentir de tu amoroso corazón.En lo bueno, mi Señor, veo cómo tu rostro tierno y gentil me has mostrado, siendo ocasión que mantiene viva mi alegría en ti; y en lo que no lo fue tanto, lo acepto con un humildad y también lo agradezco, pues de ti aprendo a perseverar sin perder el aliento.Mi vida mueve en tu Espíritu, Señor, para que sea yo de tu amor más decido, en tu bondad más comprometido y por tu misericordia más desprendido; que cada día que me des sea testimonio de tu viva presencia y a todos lleve la esperanza de tus divinos consuelos.Y ahora, en este orar que brota de mi corazón, guardo silencio, susúrrame al oído Señor, dime lo que necesito escuchar, para despertar en tu gracia redimido y en tu amor fortalecido.
Amén
Yerko Reyes Benavides
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