sábado, 19 de diciembre de 2020

Corona Espiritual de Adviento IV

Encendiendo sus luces 
Cuarta semana, cuarta vela. 

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Amén

¡Ven, ven Señor, no tardes! 
Te aguardamos con alegría y en esperanza. 
¡Ven, Señor Jesús! 

Es inminente, el Señor ya está a la puerta, su llegada no ha de tomarnos por sorpresa; llega nuestro Señor y Salvador.

Nuestro corazón ante el anuncio del Ángel Gabriel se llena de gozo, pues su mensaje nos trae la Buena Noticia ansiada; en ella se renueva nuestra esperanza y se fortalece la confianza, Dios sigue haciendo entre nosotros su morada y en él todas las cosas serán nuevas.

Oración
Animosos en esta semana final de preparación renovamos la esperanza de la salvación que ya llega a nuestra vida y por ello encendemos la cuarta velita de nuestra corana. Ofrecemos la luz de este cirio morado como signo de nuestro compromiso en no bajar la guardia y estar atentos, dispuesto a encontrarnos al niño Dios naciendo en nuestro corazón. 

(Con las tres velita anteriores ya encendidas, se procede a prender la cuarta de color morado) 

Que esta pequeña llama hoy encendida arda también en nuestro alma, mente y corazón y represente nuestro deseo de hacerte presente en cada día de nuestra vida. 

Que las penas sentidas desaparezcan y resurja la alegría de saber que vienes a nosotros y ya está pronta tu llegada. Por eso decimos llenos de esperanza: ¡Ven, Señor Jesús! 
Amén


Padre nuestro… 

Gloria al Padre y al Hijo… 

Propósito de la Semana 

Son escasos los días venideros antes de la Noche Buena. En estos últimos días de preparación, María sale a nuestro encuentro, y ella misma nos toma de la mano; no quiere que ninguno de nosotros se pierda el gran acontecimiento de la Salvación, por eso ella nos lleva a la contemplación del misterio de Amor contenido en Nacimiento de Cristo, hijo de Dios e hijo de sus entrañas. 

El propósito para estos días será despójanos de toda pretensión, vanidad, orgullo o soberbia; para quitarle a la manera de celebrar la navidad lo superficial, lo vano, lo frívolo, lo material, lo decorativo, y quedarnos con lo que realmente es lo importante: el Dios que se hace uno con nosotros. 

A la Santísima Virgen María le encomendamos nuestra intención diciéndole: “Madre, muéstranos el camino que nos lleva a Jesús”. 
Que esta luz encendida ilumine nuestro recorrido espiritual de esta semana y tu bendición este siempre con nosotros. 
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. 

Amén

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