viernes, 4 de diciembre de 2020

Comienza el Evangelio de Jesucristo

Hay herramientas y recurso propios a nuestra catolicidad que nos ayudan a ser fieles y a mantenernos activos en un Itinerario Espiritual de Vida. 

Es ahora un buen momento, paréntesis aparte, que si lo anteriormente dicho no te suena, es porque no te has planteado aún, ir un poco más allá de lo devocional, litúrgico y sacramental que ofrece la iglesia que, dicho sea, no son pocos los que ni si quiera a esto les alcanza su confesionalidad. 

Valga pues la promoción y teniendo delante de los ojos el tiempo presente, es momento de abortar toda escusa y pensar en serio hacer un “camino de vida interior o itinerario espiritual de vida”. 

Calendario y tiempos litúrgicos 

De los recursos antes mencionados están el Calendario litúrgico que nos ayuda a poner en contexto nuestro caminar no sólo sacramental sino también espiritual, y en el calendario, la demarcación que establece de los Tiempos Litúrgicos: Adviento (Navidad), Cuaresma (Semana Santa), Pascua y el Tiempo Ordinario. 

Justo ahora, hace pocos días. se ha iniciado para nosotros el nuevo año litúrgico, que por su puesto, es una ocasión inmejorable para comenzar, si no se hecho o perseverar si ya se está haciendo, en un caminar espiritual, volviéndonos del tiempo litúrgico del Adviento que inaugura el año. 

Este es un tiempo de comienzos, dar inicio, emprender, plantearse retos y desafíos, corregir el sendero y esperar en la gracia de Dios. 


“Comienza el Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios”. 

Esta sola referencia, inmediatamente hizo volar mi imaginación y me traslado al comienzo, al mismo inicio del “Evangelio de Jesucristo en mí”, en mi vida, en mi caminar, en mi horizonte y mi destino. 

¿Cuántos años han pasado? Más de los que quisiera recordar, no por temor al tiempo transcurrido, sino al tiempo no aprovechado para que ese Evangelio del Hijo de Dios se arraigara de tal forma en mi ser que no quedé a esta altura rincón alguno de mi existencia que no haya sido trasformado, renovado, rejuvenecido. A este punto, todo en mi ser ha de haber evolucionado, desarrollado y perfeccionada a la “extensión” y a la medida de la “expansión” del Amor de Cristo. 

Los tiempos se hacen cortos, e invertimos demasiado tiempo en cosas que no nos llevan, ni permiten y ni si quiera propician la trascendencia que no eleva por encima de todo, no para estar por encima de todo sino para jalonar todo hacia la plenitud de su ser, de su estar y de su existir en el mundo. 

Si yo soy infeliz, todo a mí alrededor quedará impregnado de la infelicidad. Si en mí el egoísmo, el individualismo, la inmisericordia, la indiferencia y la indolencia son parte integrante y característica de la cotidianidad de mi existir entonces todo entorno a mi quedará impregnado de eso. 

Pero en vez de concéntranos en lo negativo miremos las cosas en forma afirmativa: todo quedará embebido de bondad, compasión, ternura, caridad, amabilidad, alegría, justicia, paz, reconciliación, gracia y bendición si expandiendo mí ser en el Amor de Cristo vivo y respiro de ese Amor que todo lo cambia, que todo lo trasforma, que todo lo “convierte”. 

Metanoia - Itinerario Espiritual

Ahora cabe preguntar, movidos por el itinerario espiritual que vamos haciendo en este tiempo de Adviento: 
- ¿El Evangelio que hace mucho tiempo “comenzó en mi” está hoy dando sus frutos espirituales?  
- ¿Estoy siendo consuelo y esperanza para mis hermanos, bondad, justicia y paz para este tiempo convulsionado?  
- ¿Vivo férreamente el amor que Cristo me ha manifestado a través de su Encarnación, muerte y Resurrección?
Esta meditación continúa ahora en ti, y tú la terminarás de escribir con tu testimonio de amor y compasión. 

Sea provecho en tu caminar espiritual este tiempo de comienzos. 

Yerko Reyes Benavides

No hay comentarios.: