"Insisto, en tu presencia me siento,
aprovecho y abro ante ti mi corazón;
dejo expuesta mi condición,
¿para qué esconderme?"
Te busco, te aclamo, a veces te reclamo. Tu atención requiero; en ocasiones, grito tu nombre.Te llamo y en mi interior resuenan con estrépito mis dudas, y en silencio me cuestiono: ¿Eres Tú, Señor el que mi alma espera y mi corazón anhela? ¿Eres tú aquel en quien poder confiar?...E invade en mí la fuerza de tu presencia, me anima y te digo:
¿Quieres ser mi Dios, el que de mi se fía y me salva, Señor?Y te digo y te pido, a tus pies me inclino, Señor:
“¿Quieres de mi tener compasión?”Y ante ti reconozco que muchas son mis fallas, más mi errores, de mucho me lamento y me pesa más lo que he dejado de hacer; me arrepiento de la rabia, la indolencia, el desamor y el miedo que he sentido.Y te digo:
¿Quieres perdonarme?
E insisto, en tu presencia me siento, aprovecho y abro ante ti mi corazón; dejo expuesta mi condición, ¿para qué esconderme? Perder el tiempo es justificarme. Te necesito, Señor y te digo
¿Quieres que contigo me quede?Escucho tu voz, eco hace en mi interior, tú palabra retumba en mi humillación. Pero tú digno me haces de estar contigo: Dios y Señor. Insisto, las heridas en mi cuerpo son muchas, más las hay en mi alma, pero las que más duelen están en mi corazónY te digo, te pido: ¿quieres curarme?
“Si quiero”.
Amén
Yerko Reyes Benavides
No hay comentarios.:
Publicar un comentario