"Un día lanzaste tu red y en ella quedé cautivo.
Ahora te sigo y también te busco"
Señor Jesús, como muchos, yo también te ando buscando. A veces pienso que te he encontrado, y si, por momentos te siento cercano. Pero te pierdes, te vas silencioso. No desapareces, solo te alejas: ¿Necesitas tu tiempo?
Señor, somos tantos los que anhelamos encontrarte y que te quedes por siempre. Sin embargo, entiendo, así lo pienso, que en esta vida, sólo serán momentos.
Jesús, una vez más te pregunto: ¿dónde puedo encontrarte?
Si miro al cielo, y lo hago con frecuencia, ahí encuentro el paso de tu mano; sin embargo, no estás en el cielo que mis ojos ven con tanta atención.
Si miro las flores, plantas, árboles y demás cosas que conforman la majestuosidad de esta naturaleza que me has dado para ser contemplada; veo que por ella has pasado y pasas con frecuencia, pero tampoco en ella te quedas.
Si miro el océano profundo, y su azul intenso, descubro que por ahí has estado, echando las redes, atrapando peces. Más tu labor no está allá sino en cada persona.
Un día lanzaste tu red y en ella quedé cautivo. Ahora te sigo y también te busco: ¿Dónde estás, Señor, para contigo quedarme?
Te encuentro, Jesús, en mi interior, donde nace esta oración.
Concédeme tu gracia para seguir encontrándote y tu amor sea el que me guíe en el camino.
Amén
Yerko Reyes Benavides
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