"¡Encuéntrame, Señor!,
te necesito"
Señor Jesús no te quedas quieto en tu cielo; al contrario sales constante a buscar al que ausente está y perdido se encuentra del camino que a la vida plena lleva.No quieres, así como lo fue otrora, que ninguno de los tuyos, los de hoy y ahora, ser pierdan y mueran.
En otro tiempo, se te encontraba en el lago, a la orilla del mar o al borde de un camino. Se te veía entrando a un poblado o dejando una ciudad. No permanecías tranquilo, siempre de camino y alerta, siempre al pendiente de todo aquel que te necesitara: lo buscabas.¿Por qué siento, Maestro, que complicado se me hace el encontrarte?
Te busco con diligencia. Anhelo tu presencia, y me siento consternado cuando al final del día de ti solo he tenido el recuerdo de tu amor, que me sostiene.Me salta una duda y, temo preguntarte: ¿Acaso, Señor, no saliste a buscarme?
Al pobre, al abatido, al abandonado; al humillado u olvidado; al enfermo, al marginado; al que todos consideraban endemoniado; a los que por nadie eran tenidos por dignos y al que para todos pecador era; ellos de primero están en tu corazón.Lo entiendo, Señor, y aunque puedo decirte que soy un poco de cada uno y tu cuidado pido; sé que tu atención y protección la requieren muchos otros más que yo.No te reprocho Señor, aunque de tanto en tanto, ven también por mí, mi querido Jesús, sal a buscarme, encuéntrame, pues yo también te necesito.
Amén
Yerko Reyes Benavides
No hay comentarios.:
Publicar un comentario