miércoles, 2 de septiembre de 2020

Arrebato

Señor Jesús, en esta oración me encomiendo a la nobleza y a la bondad de tu Corazón sagrado. 

Atiende, mi Buen Dios, el sentir y el clamor que estás palabras no recogen en su empeño de llegar a ti, y poner a tus pies, los silencios de mis pensamientos que a ti pertenecen. 

No insisto en la necesidad que tengo de ti, bien la conoces, y aunque por instantes se tambalea mi certeza, tu amor en mí, sostiene lo queda de mis fuerzas, para seguir perseverando. 

En este día, mi Buen Pastor, mi alma esta sedienta de la ternura que compartes con los que amas y en mi corazón se cobija el deseo cada vez más imperioso de ponerme por entero bajo tu callado y tu cuidado. 

En este sentirme de ti tan arrebatado, mi fiel Amigo, dejo en tus manos la oración de los que has puesto a mi resguardo, tuyos son, tú me los has confiado, abrázalos en tu infinito amor. 

Y acampa entre nosotros, Amado, hasta el día en que este abrazo se haga eterno. 

 Amén

Yerko Reyes Benavides

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