miércoles, 16 de septiembre de 2020

Ofrecimiento

Cristo Jesús, estás al comienzo de todo, iniciando cada obra buena que es consentida, y en tu gracia acogida en todo corazón que valore tu divina presencia, como en el mío en este ofrecimiento. 

Al despertar, desde el instante que el día comienza, pongo a tu disposición todo cuanto soy, siento, vivo y tengo. 

Jesús amado, tu bondad me precede, marchas delante de mí, abre los caminos de salvación, en tu compasión y en tu ternura me levantas, purificas todo en mi ser, mi dignidad restituyes y en discípulo de tu amor me constituyes. 

Dirige, divino Maestro, esta vida mía que te pertenece en dirección al prójimo, para en él, ser ocasión de tu bondad; tuyos son, sobre todo los más pequeños, los vulnerados, los olvidados e incluso aquellos despreciados de la sociedad, en ellos me llamas y reclamas mi amor. 

Toma mi mano y guía mis pasos, dispuesta está mi alma y lo están también mis manos, mis pensamientos son tuyos, como tuyo lo es mi corazón y mi vida toda, que en mí en este día, se haga tu santa Voluntad.
Amén

Yerko Reyes Benavides

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