miércoles, 5 de diciembre de 2007

EL CRISTO DE NUESTRA FE: Rasgos de la Personalidad de Jesús II

1(II). Jesús el hombre libre

La libertad vivida por Jesús toca lo íntimo de la familia como institución. Su actitud y enseñanza sobre ella ponen en evidencia los graves problemas de un núcleo de vida social y religioso alejado de la intención original de Dios.

b) Jesús y la familia: En los Evangelios vemos con asombro que las palabras y la conducta de Jesús con respecto a la familia, son casi siempre críticas. Esto se debe a que la familia en tiempos de Jesús era una estructura sumamente opresiva. El modelo de aquella familia era el modelo patriarcal. En ese modelo, el padre o patriarca tenía todos los derechos y libertades, mientras que la mujer y los hijos tenían que vivir en el más absoluto sometimiento. El marido podía separarse de la mujer por cualquier causa, hasta por el simple hecho de que a la mujer, un buen día, se le quemara la comida. En palabras actuales, el sometimiento era total y esclavizante, y no una comunidad de amor, reconocimiento, interacción, respeto y acompañamiento. Y eso es lo que Jesús no tolera. Por eso las relaciones del propio Jesús con su familia tuvieron que ser enormemente críticas. En este sentido, el evangelio cuenta que sus parientes pensaban que estaba loco. Por esta relación tan tirante el propio Jesús llega a afirmar que su madre y sus hermanos son “aquellos que viven la voluntad del Padre”.

En la comunidad de vida que integra Jesús junto a sus discípulos todos son hermanos: “ya no los llamo siervos, sino amigos”; es decir, todos son iguales y no hay, ni puede haber, sometimiento servil de unos a otros. Jesús y sus discípulos constituyen una nueva relación de familia, basado en la fe y no en la sangre, pero que busca reorientar la finalidad de dicha institución.
El sentido de la familia para Jesús está claro y, no se trata de un convenio legal, un consorcio social o sanguíneo, sino una “comunidad de fe y vida”, cuyo fin último es vivir el Amor de Dios (Voluntad del Padre). Aquí encuentra el Mandamiento nuevo del amor una de sus más importantes concreciones y, la medida de su amor será: “Ámense los unos a los otros como yo los he amado”.

En definitiva, ¿qué quiere decir todo esto? Yo tengo la impresión de que, hasta ahora, no se ha reflexionado suficientemente acerca de lo que significa el tratamiento que el evangelio da al tema de la familia, a saber: que el mensaje de Jesús no comparte las relaciones de sometimiento y dominación de unas personas sobre otras. Que la familia constituye el modelo y patrón por el cual se construyen las relaciones humanas y en definitiva una sociedad. El sometimiento, el autoritarismo, la imposición de normas, ideas y quehaceres, la dominación en cualquiera de sus formas es para Jesús esclavizante y rechaza este modelo de relación como válido. El proyecto de Jesús es un proyecto por la liberación integral del hombre. En la medida en que la familia se oponía a eso, en esa misma medida Jesús rechaza a esa configuración de familia. He ahí la razón profunda de la libertad de Jesús con respecto a la estructura familiar.
Referencia: Boletína Lazos de Fe, Año 2, Nº 6, Julio 2007

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