domingo, 22 de noviembre de 2020

Perdonado


Señor Jesús no hay nada oculto a tu omnipotencia,
todo queda expuesto a tu omnisciencia;
no puedo ocultar ante tu divinidad
lo que soy, quiero y siento en la humildad
de mi humanidad por ti consagrada.

Los secretos de mis pensamientos
no quedan ocultos,
ni los deseos más oscuros
de este corazón en gracia concibo
atraído por el mundo en sus engaños;
a ti no es ajena la vergüenza de mis pasiones,
ni la ignominia de mis acciones.

Mi alma a ti sin sombras expuesta queda
y la blancura de tu majestad en ella signada,
por la mancha de mi pecado opacada en ella marcada
a tus ojos por más que en ello insista
no puede ser ocultada.

No merezco recibir tu atención,
infiel a tu indulgencia he sido
pero tú, Señor, eres compasivo
no miras mi debilidad
ni te detiene mi vanidad,
extiendes tus manos
abres tus brazos
me recibes con ternura
con delicadeza mis heridas curas.

Mis ojos no dan más
no pueden contener las lágrimas
que tantas veces fueron reprimidas
por orgullo y mi autosuficiencia detenidas
en ti mi Dios Amado, no son debilidad,
puedo dejarlas correr
que caigan libres a tu pies
ya no necesito esconder
la fragilidad de mi ser,
pues tu perdón es mi libertad
y tu Amor mi dignidad.
Amén

Yerko Reyes Benavides

No hay comentarios.: