jueves, 8 de octubre de 2020

En Mí

Señor Jesús, en una ocasión cualquiera y sin una especial razón, te internas en mi alma y al corazón le susurras lo que en el tuyo aprieta. 

Escudriñas mi interior con delicadeza, más tu indagar lo haces con firmeza: ¿quién soy yo en ti? 

Eres en mí, mi dueño y mi bien, mi anhelo y mi deseo; la esperanza que alienta mi vida, la seguridad de mis pasos tantas veces indecisos; la certeza de mi fe, la confianza que necesito para no desfallecer. 

Eres en mí, mi Señor, cuanto espero y cuanto quiero, lo que mi alma necesita y mi espíritu sin descanso busca; quien a mis pensamientos da tranquilidad y a mi corazón sosiego. 

Eres en mí, Dios mío, la armonía de mis días, la belleza que contemplan mis ojos al cerrarse; el sueño que aparece al despertarme y la ilusión que acompaña mi vivir sin tregua. 

Todo eso eres en mí, Amado, y no me alcanzan las palabras para decir que nada soy sin ti y en ti todo lo tengo, pues tú eres el cielo en el que me miro y el firmamento que a mis pies le da destino. 

Lo eres todo en mí, pues eres todo lo que amo. 
Amén

Yerko Reyes Benavides

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