El Pan de san Antonio o también conocido como El Pan de los pobres es señal y expresión del amor de Dios que, arraigado profundamente en el corazón de los hombre y mujeres de fe, se desborda en atenciones a los más necesitados.
"Quien quiera que posea bienes terrenos, retenidos los necesarios para la comida y el vestido, lo sobrante debe darlo a sus hermanos, por quienes Cristo murió, si los viere necesitados".San Antonio de Padua
Muchos son los milagros que se le atribuyen a San Antonio, haciendo de él, un intercesor muy querido y buscado en los momentos de necesidad; así ha recibido, y con razón, el apelativo de: "el santo de todo el mundo" y también, "el santo a quien todos quieren".
Entre las cosas que se le piden al santo es encontrar los objetos perdidos y, las jóvenes solteras le piden para conseguir un buen esposo. San Antonio es patrono de los panaderos, albañiles y viajeros; a él también acuden las mujeres estériles, sin olvidar que es el protector de los pobres. Hombre de fe y predicador excelso, pero por sobre todo hombre de caridad y de amor.
El Pan que solemos llevar a la iglesia para ser bendecido en la fiesta del santo, es un signo que representa el más grande legado que de él reciben sus devotos: el amor por los más desposeídos y la solicita atención a sus necesidades: “Dar de comer al hambriento, de beber al sediento, vestir al que está desnudo” (Cfr Mt 25,35-45)
Hoy, limitados por las circunstancias para participar plenamente en la celebración de este día, podemos quedarnos en el lamento de no poder "cumplir" con la tradición de llevar a la misa los panes para recibir la bendición. Que este sentimiento de nostalgia o pesar, no nos haga olvidar, que el pan bendecido es sólo un signo que representa la caridad, la entrega y la solidaridad a la que el santo nos invita a vivir, y que la mayor bendición la recibimos cada vez que somos generosos con los más pobres, a los que tanto amó y sirvió San Antonio.
Ahora, cuando vivimos una situación que nos afecta a todos, nuestro amor fraterno ha de hacerse sentir con más fuerza, sobre todo en obras concretas de solidaridad para con aquellos que en su necesidad, hoy esperan recibir la ayuda y el apoyo de una mano amiga.
"Bendigamos el pan de los pobres, partamos el pan de nuestra caridad, y compartamos el pan del amor y la fraternidad".
Para que el Pan de san Antonio llegue a nosotros y de nosotros a los que lo necesitan, hagamos ahora la oración con la que Bendecimos los panes:
El Dios providente que todo lo creó para nuestro bien, esté con todos ustedes.
Oremos:
Señor Jesucristo, verdadero Pan de Vida,
dígnate bendecir + este pan
como bendijiste los cinco panes en el desierto;
haznos solidarios con el hambre de los pobres para que,
a ejemplo de san Antonio,
compartamos nuestro pan con los necesitados
imitando así tu generosidad.
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
P. Yerko Reyes Benavides
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