El deseo de ser Uno no es una pretensión del ser humano, sino una expresa petición hecha por Cristo. Un llamado no sólo a estar en “comunión” sino indisolublemente unidos a Él.
Él es el primero en elevar una súplica al Padre, para que al fin, “todos seamos uno” como el Verbo en el Padre con el Espíritu Santo son uno.
Este ser Uno en Dios, no es posible, sino teniendo a la persona de Jesús, como el aquel que nos unifica en su amor y por su amor.
En el Amor del Señor Jesucristo, nuestras diferencias, ideas divergentes e incluso contrarias desaparecen, puesto que no podrá habrá distinción alguna, a la hora de amarnos como Él nos ha amado.
En nuestro Itinerario Espiritual la semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, es una ocasión para no olvidar que el camino espiritual que nos lleva a Dios es, definitivamente el Amor.
Unamos nuestra oración a la de todos los que en estos días elevan suplicas, con esta intención, al Padre del Amor.
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Este material fue elaborado por el Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos y la Comisión Fe y Constitución del Consejo Mundial de Iglesias.
Yerko Reyes Benavides
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