sábado, 9 de septiembre de 2017

Las emociones, el lenguaje del alma


Las emociones fluyen, como el humo multicolor –aunque el humo venga en solo dos tonalidades (blanco y negro), aquí es como un arcoíris- que sirve de fondo a la imagen, para presentar la gota de espiritualidad de este día.

El texto es una súplica, una oración y, a veces se convierte en un grito que brota de un corazón que al no tener boca, se ahoga con la palabras, y las emociones las  irradia  con gestos, señas y, hasta muecas de todo tipo.

Las emociones son las circunstancias con las que vivimos todos los días. Lo que nos pasa, pasa a través de nuestras emociones. Y como un filtro deja detiene el bagazo y permea lo saludable. Sin embargo, aunque ese filtro es innato e instintivo, no siempre funciona bien, o en ciertas ocasiones hay que intervenir en el para que funcione mejor, sobre todo cuando las emociones se van quedando represadas y reprimidas, puesto que la segunda tarea de las emociones luego de filtrar es drenar, lo que haya podido colarse a pesar del filtro.
Si nuestras emociones andan bien, lo demás anda bien, las emociones serán la medida que nos ayuda a medir nuestro clima espiritual, el buen funcionamiento de nuestra alma.

La cosa es que nosotros no somos maquinas, aunque nuestro cuerpo funcione como una de las mejores engranadas. Si nuestro riñon comienza a fallar, nuestro cuerpo lo manifiesta a través de síntomas inevitables, es decir, por más que quiera, y me encomiende a las almas del purgatorio, cuando el riñon duele, duele  y hay que ir al médico (tiene solución porque la capacidad racional del ser humano comprendió el funcionamiento del riñon y encontró como restituir su funcionalidad, si la puede recuperar o sustituirla si no tiene reparo).

Con el alma pasa igual, cuando algo se echa a perder por allá adentro empieza a doler; el alma comienza a hablar, sin embargo, como estamos tan poco familiarizados con el lenguaje del alma no lo entendemos y dejamos pasar las cosas, encomendándonos nuevamente a las ánimas. Sin embargo llega un punto en el que ya el alma no puede más, así como llega un punto en el cuerpo no puede más. El alma comienza a hablar a través de las emociones. Y el lenguaje emocional es un área de experticia que la mayoría de nosotros no tenemos.

Ahora quiero que seas consciente que el alma este hablándote a ti de tu intimidad de tu interioridad y no te hayas dado cuenta, o como el cántico de la imagen cerca de ti esté alguien que no encuentra otra manera de decirte que necesita de ti que a través del leguaje de sus emociones que gritan no con los labios sino con todo lo demás.


Conócete a ti mismo, para que pueda conocer a Dios en ti y a tus semejantes en Dios, y puedas socorrerte y socorrerlos. Somos corresponsables de la salvación los unos de los otros. Todos nos necesitamos y más cuando anda revuelto nuestro ambiente emocional, que hoy está a flor de piel en muchos porque las circunstancias en las que vivimos no son las más felices. 

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