AménCuando se agote la felicidad y la soledad toque a nuestra puerta, quédate Señor.Cuando las preocupaciones hagan de la noche su dominio, y los sacrificios desvalijen las horas de cada día, quédate Señor.Cuando las lágrimas hagan suya la noche, y el desánimo se apodere del amanecer, quédate Señor.Cuando nuestro paso se haga lento y el pasar indiferente, quédate Señor.Cuando el deseo se vayan, y la fe deje de ser insistente, quédate Señor.Cuando la vida pierda su sentido y la razón sus argumentos, quédate Señor.Cuando la desolación arrope nuestro corazón y la desesperanza destierre del alma toda confianza, quédate Señor.Quédate y comparte en nuestra mesa el Pan que tus manos parten y alimenta la certeza de saber que todo pasa y tú te quedas ahora y siempre.
Yerko Reyes Benavides
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