Me pregunté, en ocasión a un día como hoy, y con la intención de no quedar atrapado en lo convencional: ¿Qué es lo que más anhela el corazón de una madre?
Y pasé largo rato meditando; intentando recoger en un sólo deseo lo que hay en los sueños de cada madre, y que guardan con cuidado y recato en sus adentros; aquello que no es casi nunca contado por sus labios.
Y tras mucho pensarlo llegué a una conclusión, en la que espero no errar:
Lo que más anhela una madre es "el beso tierno de sus hijos".
Pero no me quedé ahí; casi nunca lo hago, siempre indago y busco un poco más.
Y caí en cuenta, si ese es el sentir que está en el corazón de cada madre: ¿Qué espera recibir su alma?
No tardó mucho en llegar la respuesta, y una imagen vino a mi mente, una que trajo descanso a mis pensamientos y una oración para mis labios.
Lo que en el alma de cada madre está como un deseo, un sueño y el más grande anhelo es "recibir el dulce y tierno beso de Jesús".
Yerko Reyes Benavides
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