Alivio y consuelo es lo que te pedimos Señor.
Constante está en nuestros labios tu nombre, y más en los momentos de incertidumbre y dolor.
Eres tú, Jesús, quien nos sostiene cuando nos abandonan las fuerzas de las que nos fiamos y nos sentimos vulnerables y desolados.
Acrecienta nuestra fe, por la que esperamos todo de ti; aviva nuestra confianza, la que nos hace ir al encuentro de tu amor, por el que recibimos incluso aquello que está más allá de nuestra condición y posibilidad.
En tu Corazón nuestra alma encontrará descanso y nuestro espíritu exultará de alegría.
Permítenos confiar por entero en tu bondad y no depender más de nuestro orgullo y vanidad.
Hazte sentir, Señor en ternura, compasión y misericordia, ahora y siempre.Amén
Yerko Reyes Benavides
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