lunes, 27 de agosto de 2018

¿También tú quieres alejarte?


Me preguntas,
no porque tengas dudas
sino porque respetas
la libertad que un día me entregaste.
Me la diste como un tesoro
que hacía de mi un ser humano
distinto y diverso
y a la vez a ti semejante.

No, no nos quieres obligados
a tu lado,
sino por propia convicción;
una decisión:
determinación ha de ser del amado

Me dices:
¿También tú quieres alejarte?
La puerta está abierta,
no eres oveja, ni tampoco siervo
sino mi hermano
y entre amigos no hay secretos;
el reino te pertenece
sólo si así lo quieres.

No, al cielo no se va obligado
el paraíso aunque es un regalo
ha de ser determinado
por la convicción que tenga cada uno
de querer estar a mi lado

No más miedos,
no más infiernos
tampoco castigos
no más culpas
para amarme 
y así sentirme.

Mi amor no es un rito
del día domingo
ni tampoco un culto vacío.

Mi amor es entrega
y también convicción mía
de quedarme como prisionero silente
en cada corazón,
sagrario de humana carne
para guardar mi sangre
que derramada fue un día.

No hay condición,
tampoco restricción,
si te quedas lo mío será tuyo.
Si te vas, no te sientas triste
no te azores ni acobardes.

Te quiero alegre,
a mi lado;
pero si tu sonrisa está lejos
de mis ojos:
no te detengas,
las puertas están abiertas
para que salgas y te vayas
y quizá, 
algún día los caminos que recorras
te traigan a mi de vuelta.

Se bueno,
no hagas daño
ni tampoco lastimes
a las personas con las cuales
en tu vida camines.
Vive humano y
un poco divino:
semejante a mi fuiste creado
y desde siempre amado.

Amándote seguiré estando
aguardando paciente tu regreso,
porque aunque mi amor no te agrade de momento
amándote estaré,
y en la eternidad te encontraré.

Yerko Reyes Benavides

No hay comentarios.: