jueves, 14 de junio de 2018

Y... ¿Qué es el amor?

Me preguntas ahora, como tantas otras veces lo has hecho: ¿Qué es el amor? 


Poetas, músicos, filósofos, teólogos incluso biólogos y hombres de letras, versados en los asuntos de las ciencias de todo tipo e incluso gente como tú o yo hemos en algún punto topado con la pregunta y aventurado una respuesta. 

Precisamente es en los hombres versados, escritores sobre todo o músicos o poetas en quienes nos hemos aferrado y sabiéndonos una frase por ellos dicha o escrita en algún lado, hemos respondido a la pregunta para quedar bien con nosotros mismos y rápidamente cambiar de tema, tanto si surge incomodo en nuestro pensamiento o en una conversación con uno grupo de amigos. 

Ponemos cara de intelectuales y soltamos “parafraseada” la cita que a duras penas nos hemos aprendido de memoria, pero aseguramos que así tal cual la hemos leído. A final de cuentas, vergüenza nos da, afirmar que del tema no tenemos ni idea; que nuestras vivencias no son lo suficientemente sustanciosas para elaborar una definición definitiva de lo que se nos inquiere. 

Poco hace, me encontraba conversando con una amiga y le pregunté, sorpresivamente para ella y también para mí, porque no sé de dónde la desfachatez de lanzar así sin anestesia una pregunta que hace encender los matices rojizos de las mejillas: ¿Alguna vez, de verdad, te has enamorado? 

Para sorpresa de ambos, surgió sin más un silencio cómplice de no querer o mejor dicho no saber que decir. De hecho, a trompicones llegamos a la pregunta que es la que de verdad importaba en aquel informal diálogo: 

¿Qué es el amor? ¿Qué es el amor para saber, si alguna vez me he amado de verdad o me han amado de verdad? 

No, no pondré en este escrito el resultado de aquella conversación. Eso queda en el sigilo de una confesión que no fue tal. Pero si, mi intención en el fondo es que ya, espero, te estés tú mismo haciendo las preguntas que ocuparon la atención de mi amiga y yo en ese dialogo afable que sostuvimos un día. 

No es mi pretensión, como lo es la de algunos escritores darte formulas “procesadas” para que las consumas y en tu próxima conversación puedas tener alguien más a quien citar. Mi intención es que ahora procures elucubrar, pensar, filosofar tú mismo, sobre el amor, su esencia, su sustancia, su fundamento y su sustento. 


Mi motivo, la razón de compartir este artículo contigo y que escribo con temblor en las manos de saber para mí que tengo un “no se” entre pecho y espalda para decirte no lo que es el amor sino lo que no es, en definitiva me inquieta. 

Quiero despertar en ti la curiosidad y mover en ti el deseo de búsqueda: ¿de qué? me dirás; no amigo lector, no de respuestas sino vivencias, puesto que, y acá, voy a hacer lo que no quería, decirte algo de lo que el amor es: el amor aunque puede racionalizarse, conceptualizarse, definirse en conceptos e incluso describirse “objetivamente” nada de eso en última instancia dará valor a lo que pasa en ti sino la propia vivencia, la experticia de amar y ser amado y sobre todo de hacerse/deshacerse en el amor. 

La experiencia será la que validara las hipótesis que el intelecto establece de un terreno que no le es propio, sino que se cobija en el alma, en el espíritu y en el corazón. 

“Amar, se ama, amando”. 

No hay otro camino. Y termino diciendo no lo que el amor es, sino lo que el amor no es y el amor lo que no es: “un sentimiento”; sólo un sentimiento. Es eso y no lo es, y aun es más. 

Los sentimientos (nos dice la psicología, ciencia en la que sustento esta propuesta) nos enseña que son habilidades (adquiridas) que depende de destrezas y competencias, y que por ende pueden ser modificadas, desaprendidas y aprendidas. Pero a lo que iba, los sentimientos van y vienen. Hoy están y nos acompañan por un tiempo, luego desaparece, como el viento que pasa deja su frescor en el rostro y luego sigue su camino. 

Si el amor sólo lo vemos como un sentimiento entonces será tan pasajero como la brisa y nos abandonará con prontitud, por eso, amar es más que un sentimiento. 

¿Qué es el amor? 

… 

Yerko Reyes Benavides

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