lunes, 4 de junio de 2018

Tu Corazón no es como el mío.

Tu corazón, Señor, no es como el mío.
En mi pecho late uno que se abate,
que se cansa y se agota,
se consume y no se reparte,
sino que se parte.

Se quiebra de temor ante el dolor,
se resquebraja, Señor,
no tiene la confianza, ni la certeza
que en el tuyo hay abundante,
de amores del Padre.

Amar por el solo hecho de amar,
no, no puede, la razón interviene
y lo detiene,
porque argumentos necesita
para darse,
y sin ellos se esconde y reserva
se apaga, se condiciona,
se duerme,
y a veces, se extingue.

Mi corazón no es ágil como el tuyo
que sale al encuentro de todo,
el que cruza el umbral del deseo
de poseerte, puesto que en tu corazón
encuentra refugio, ternura y consuelo.

El mío es muchas veces desierto,
en el que Oasis no se encuentra,
ni laguna de agua natural para llenar
un alma que en desesperanza camina
por valles de oscuridades y sombras.

El tuyo es luz de amanecer,
nada de noches sin luna,
ni ocasos y penumbras.
El tuyo es estrella en el horizonte,
resplandeciente que guía y dirige,
conduce a parajes de solaz y paz.

Tu corazón, Señor, es noble,
se entrega sin posición ni restricción,
a todos abraza sin condición,
acoge, consuela,
las lágrimas seca
de todos los que cansados
caminan las áridas trochas de asfalto y concreto
de corazones de piedra que abundan;
deambulan por el mundo indiferentes e indolentes,
a veces como el que late en mi pecho.

En tu corazón quiero perderme,
quebrántame, toma el mazo
de tu suave amor, golpea fuerte
a la entrada de mi alma,
resquebraja la piedra que he levantado
para esconder lo noble y lo puro
que ahí adentro sigue estando
temeroso e inseguro,
pero que contigo a su lado
valiente se torna y se entrega.

Señor, mi corazón no es como el tuyo,
pero en el tuyo quiere estar
para seguro quedar
que amar será el único camino
que a la realización plena lleve
y al Reino entre para así libre quedar
y en libertad actuar,
amando lo que amas
y como tú lo amas
y amas a todos,
incluso a mí
que tantas veces me me deshago y me pierdo
me canso y y me escondo.

Encuéntrame Señor
en tu Corazón dentro del mío,
así seré amado
y amado podré amar
como ama tu Corazón dentro del mío.

Yerko Reyes Benavides

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