martes, 27 de abril de 2021

Tu Voz

Cuando escucho el sonido de tu voz
arde en mi interior
un fuego que no sé detener,
me abrasa, me consume,
me devora y me destruye;
siento en mí el renacer
del hombre que siempre
quise ser.

Es tu voz la brasa encendida
que acrisola las heridas
que dejaron hundidas
las huellas del hombre que fui
al alejarme de ti.

Tu voz es canto que penetra
en la intimidad de mi alma,
palabra que interpela
y a mi espíritu libera,
para que viva sin demora
de tu amor y de su encanto.

Atento estoy amado Señor,
al sonido de tu voz,
un día fuego que me consumió,
hoy la luz que a mis pasos guía
alumbrando en el día a día
al nuevo hombre
que he querido ser.

Arrebátame entre tus manos,
susúrrame de nuevo al oído,
mi espíritu se estremezca entre tus dedos;
suspira suave en mi interior,
desvanezco ya en tu amor,
y el barro de mi ser inexistente
moldeado quede
en tu querer trascendente
ahora y siempre.
Amén

Yerko Reyes Benavides

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