miércoles, 9 de junio de 2021

La Sonrisa

Es una capacidad innata, intuitiva e instintiva, no necesita ser aprendida, le es natural y propia a la persona incluso más que el llanto.

Es estéticamente la expresión más hermosa del ser humano.

Es terapéuticamente sanadora. Hace bien a la química del cuerpo y además es factor dominante en procesos de curación psicosomáticos.

También está relacionada con el bienestar espiritual de la persona, que expresa un clima interior de equilibrio (homeóstasis) serenidad, confianza, alegría y paz.


Encontrar razones para sonreír es un verdadero desafío, más en los tiempos en los que vivimos.

Mientras el mundo se devana por ofrecerle al hombre la utópica felicidad, Dios le da a la persona cada día razones para vivir en alegría: reconciliación, perdón, salvación, paraíso, vida eterna, plenitud, esperanza, libertad, Espíritu Santo, gracia, la Virgen María.

Al hombre, hechura de sus manos, lo convierte de creación a creador, de creatura a hijo e hija de su divinidad, imagen suya; cambia su corazón de piedra y le concede un corazón de carne.

Las razones del sufrimiento humano, Cristo las convierte en Bienaventuranzas, motivos para la alegría y razones para la esperanza.
  • Si tan solo por esta ocasión nos hiciéramos de la vista gorda y omitiéramos el hecho de que hicimos de un acto intuitivo un acto aprendido que necesita de argumentos, circunstancias y razones.
  • Si dejáramos por un instante de buscar argumentos, y hacer depender de otros cosas lo que es muy nuestro.
  • Si por tan solo un momento, nos detuviéramos delante de un espejo y sonriéramos sin tener que darle una razón al intelecto y dejáramos que el corazón se manifestara en ese rato sin restricción (nadie se daría cuenta) sólo tú y Dios.
  • Si hiciéramos del acto de sonreír un ejercicio, y nos habituáramos a ella, seguramente aparecerían con más rapidez las razones más sencillas que nos harían sonreír cada día.
De este tema no quiero hacer una apología, ni un artículo de ciencias, sino darle qué pensar a la razón para distraerla y al espíritu la oportunidad para encontrar el camino que nos lleve a la sonrisa.

Yerko Reyes Benavides

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