sábado, 5 de junio de 2021

Amar a Dios

Trazos a Mano

Un día se a ti se acercó un escriba, al parecer era un joven estudiante de la ley; sin embargo, ya tenía el conocimiento para saber demás lo que a ti te iba a preguntar.

Dejaste que se acercara a ti, le diste confianza, algo viste en su joven corazón, quizá uno que buscaba la verdad más allá de los intricados prolegómenos de la ley.

Sin mucho preámbulo fue directo al punto: Maestro, ¿puedes responderme? ¿Cuál es entre todos los mandamientos, leyes y preceptos el primero de todos?


A él le dijiste, lo que ya sabía, pero era necesario destacarlo nuevamente, pues siguen pasando los años y se sigue olvidando, que lo primero para todo ser humano fue, es y será:
“Amar a Dios con todo el ser, alma, mente y corazón y al prójimo como a uno mismo”. (Cfr Mt 22,34-40)
No hay otro mandamiento más importante, no hay otra ley o norma que lo sustituya, no hay y aunque la inventen para complacer la incompetencia humana para arriesgar a hacer del amor la medida de su vida, mandamiento alguno que esté por delante de este.

No será nada fácil hacer vida tan grande mandamiento, pero para que tuviéramos la referencia y no nos perdiéramos en la búsqueda de complicados procedimientos, dejaste claro el camino:
“Un mandamiento nuevo les doy: ámense los unos a los otros como YO los he amado” (Jn 13,34)
No hay otro lugar a donde mirar, ni a nadie más a quien acudir, vivir en amor, es amar a la medida de tu amor, Señor Jesús.

Yerko Reyes Benavides

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