viernes, 1 de enero de 2021

María

Envuélveme María entre tus brazos,
cobíjame en tu regazo,
ocúltame en tu mirar apasionado,
para poder llegar a tocar el rostro del Amado
con la ternura de tus límpidas manos.
Atrápame entre tus amores, 
que sea el encanto de tu voz de Madre 
quien me llame, 
y te vuelvas de mi alma, 
lucero perseverante, 
de un nuevo amanecer. 

No dejes, 
Dulce Muchacha de Nazaret, 
que de ti me aleje, 
pues de tus gracias y virtudes 
estoy necesitado, 
para alcanzar el cielo deseado, 
al que me llevas con delicadeza, 
cuando susurras la nobleza 
de tu corazón en Dios enamorado. 

Escóndeme Madre del Señor 
entre los suspiros de tu corazón, 
y renueva en mi la ilusión, 
de mantener firme el timón, 
aun cuando llegado el ocaso, 
falten en el firmamento 
la luna y las estrellas. 

Se tú, lucero del alba, 
Virgen Madre amada, 
la inspiración que me guía, 
fortaleza en la debilidad, 
amable y tierna consejera, 
la convicción que me recuerda 
que no hay mayor grandeza 
que ser del Señor 
su humilde servidor. 

Delicada flor de mi alma, 
de mi espíritu suave fragancia, 
Niña mía 
a quien mi ser ama 
con devota entrega, 
haz que tu nombre esté siempre en mis labios 
para que tu amor sea la ofrenda, 
que entreguen mis manos. 
Amén

Yerko Reyes Benavides

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