El primer día del año, lo celebramos consagrándonos a la Santísima Virgen María Madre de Dios, en ella encontramos el ejemplo de disponibilidad a la Palabra de Dios que nos alienta en nuestro deseo de paz. A mediados del mes, con un solo corazón oramos por la unidad entre los hombres y entre los cristianos, valor indisolublemente asociado en el que se construye la paz; y cerrando el mes (24 de enero) celebramos como iglesia local a nuestra Patrona la Virgen de la Paz, que inspira nuestra labor al servicio de la construcción de la verdadera paz que sólo viene del Señor y la da a quien se la pide.
Nuestra Señora de la Paz, ruega por tus hijos trujillanos.
Boletín Lazos de Fe, Edición Electrónica, Año 1, Nº 2, Enero 2008
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