Amado mío,Amén
destila como un rocío
el perfume de tu pasión,
quede de él impregnado el camino
donde grabados permanecen los pasos,
de tu venir en ternura y compasión.
Será este el bálsamo de tus bondades
y el aroma de tus verdades
lo que de aliento a mi esperanza
que por ti no duerme ni descansa
mientras vigila en tu promesa.
Apremia universo entero
el alba inmortal del Eterno,
florezca el amanecer soñado
que trae entre sus brazos
al Rey del alma adorado,
que mi ser en deseo espera traspasado.
Majadas asomen al Cordero,
nubes del cielo abran el sendero
al Dios sempiterno y verdadero,
no sea por más dilatado
el avanzar presuroso del Amado,
que mi corazón aguarda enamorado.
Yerko Reyes Benavides
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