miércoles, 4 de noviembre de 2015

Da qué pensar

Es raro ver que siendo un "pueblo religioso", según las estadísticas, cualquiera de ellas, y cualquier intención que tengan para presentar sus resultados; porque hasta en los resultados ofrecidos por las encuestas hay discrepancias, estemos como estamos.

Según esas estadísticas el 98% de las personas confieza tener una religión que práctica. Dice ser perteneciente a un rito religioso, o se identifica plenamente con un tipo de fe. Curioso es este dato estadístico en un país cuya taza de violencia es una de las más altas del mundo, la criminalidad impera y el idividualismo es el pan nuestro de cada día. 

Me pregunto:
¿De qué me sirve identificame con una religión? Si digo soy "Católico" o soy "Evangelico" o "Soy Judio" o soy "Musulman" o soy...
¿Qué consecuencias reales trae eso en mi manera de actuar, sentir y pensar?

Lo asombroso de las estadisticas es que todas coinciden en algo: cada vez son menos las personas que practican los principios, normas, mandamientos, preceptos que dichas religiones promueven. Y el otro dato también relevante es que cada vez es menos la gente que participa de los ritos y los cultos que ofrecen las religiones.

Esto me deja pensando en varias cosas, no todas las puedo compartir por aquí, sólo las más inquietantes, para que me ayudes a pensar y pensando quizá encontremos un camino que podamos compartir.

¿Será que por más que nos empeñemos en no querer ver esta realidad, el tiempo de las religiones se viene extinguiendo?

¿O será más bien que las religiones para no perder su espacio en el mundo se niegan a renovarse y dar mejor respuesta al hombre de hoy, que ya dejó de ser el hombre de ayer en el que las religiones insisten en proteger?

¿Tendremos miedo a vernos sin gente?

Pues ya les digo ya nos estamos quedando sin gente.

¿Cuál es, pues el camino?

LA ESPIRITUALIDAD

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