Amado Jesús, el primer anhelo de mí ser, al despertar el alba del nuevo día que me das, es agradecer tu bondad.Gracias, mi Señor; gracias, mi buen Dios:Gracias por esperar por mí al caer la tarde, y en la noche cobijar mi descanso, en la intimidad y confianza que velarás mi sueños.Gracias por ser la luz que me llama y despierta y también con candor me abraza en la mañana.Gracias porque puedo respirar y en cada inspiración, recibir el hálito de vida que con ternura, tu mano sostiene.Gracias por reponer mis fuerzas, darme condición y también razón para la labor y la entrega que aguarda por mí en la jornada.Gracias por el latir del corazón que siento vibrar en mi pecho, es tu amor su ilusión, la razón de mi esperanza y el destino de mi pasos cada día.Gracias, mi Señor; gracias mi buen Dios:Mi Jesús, mi amado, a ti me entrego y te consagro: alma, mente y corazón; cada pensamiento, cada sentimiento y palabra, y las obras de mis manos.
Amén
Yerko Reyes Benavides
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