viernes, 6 de julio de 2018

“Idea Centrante”: Estrategia para la Comprensión y la Interpretación de un Texto Bíblico

Cuando tomamos la Biblia muchas veces no sabemos qué hacer con ella, la acariciamos, le damos vueltas en nuestras manos, la abrimos y recorremos rápidamente sus páginas.
 
A veces leemos un texto, sin ninguna razón en particular. Por lo general buscamos lo que ya hemos leído en otra ocasión. Lo repasamos: un salmo, el 23 casi siempre. Hay otro del que me hablan muchos, no lo recuerdo. Vamos a los evangelios, rara vez nos detenemos en la lectura de un profeta, o de las cartas del nuevo testamento. En eso se va nuestro rato con la Palabra de Dios. 

Sin embargo, las Sagradas Escrituras han de tener un lugar de preeminencia en nuestro itinerario espiritual y tener una estrategia de lectura se hace más que necesaria: obligatoria. 

Fruto de la experiencia más que de la teoría, hemos venido empleando un método bastante sencillo que nos facilita la comprensión del texto bíblico y nos da la facultad de interpretar el texto apuntando a lo relevante que nos propone el escritor sagrado. 

Esta método para emplear a la hora de leer un texto bíblico; a esta estrategia de interpretación de la Palabra de Dios  la hemos denominado;
“Idea Centrante”
En todo texto bíblico, cualquiera que tomemos hay una “idea” o “frase centrante”. 


En la escuela básica en el área de castellano y literatura -así se llamaba en mis tiempos- mi maestra se esforzaba en explicarnos y enseñarnos a identificar la “oración principal” de un párrafo. Haciéndole mérito a mi maestra y gracias a su conocimiento, acá vuelve a aparecer esa lección tan básica pero tan fundamental: saber determinar la oración principal de un párrafo; pero esta vez referido a una cita bíblica. 

No te confundas. Determinar la oración principal de un párrafo no es lo mismo que identificar la idea centrante de un texto bíblico, aunque el principio es el mismo: hallar lo fundamental y destacarlo de lo secundario.  

Difícil a veces, se torna escoger de un texto bíblico la frase o idea que hemos denomino “centrante”; esa que se contiene la idea principal propuesta por el autor sagrado y en la cual todo el texto bíblico confluye o aquella que por ser la de mayor impacto y contundencia destaca ofreciéndonos a nosotros como lectores el foco de atención principal del mensaje que el ageógrafo quiere comunicar. 

La “idea o frase centrante” constituye el foco de atención del texto que teniendo otras ideas relevantes que la acompañan, destaca del resto del escrito –contexto- y nos ofrece en sí misma un punto fundamental para desarrollar la reflexión. 

Esta “idea centrante” cuando es identificada proporciona el criterio de interpretación, la clave de compresión de la lectura que se va a realizar y con ello no nos dispersamos o distraemos en lo que no es relevante, aunque ocupe un espacio importante en la narración que hace del hecho el autor sagrado. 

Este recurso de interpretación –la selección de la “idea centrante” a veces nos resulta sencillo de hacer, salta a la vista, destaca por si sola dentro de la perícopa bíblica; otras veces se no hace un poco más difícil de escoger, sin embargo, en toda interpretación, la estrategia de hacer esta selección nos evita divagar y perdernos en lo que a final de cuentas es un contexto. 

Toma un texto bíblico, por ejemplo, el Evangelio del día. Léelo con cuidado, vas a darte cuenta que hay ideas importantes que se van sucediendo una tras otra mientras lees, pero hay una en particular que es la que “te centra” la que te ubica interiormente en el sentido y la intención originaria que trasmite ese conjunto de ideas, esa lectura en su totalidad. 

Esa pequeña frase, que sin ella el texto no tendría sentido. Esa idea que a ti te concentra, te atrae, te pone delante de Dios, esa es la “idea centrante”. 

Con ella identificada, toda la lectura se torna un manjar de delicioso sabor, puesto que el texto escrito se vuelve sugerente en formas y en ideas; en pensamientos y emociones; en nociones y comprensiones que antes no lograbas apreciar. 

La “idea centrante” tiene como objetivo fundamental al identificación del contenido principal del texto y con ello enfocar sin dilaciones ni distracciones la meditación personal que llevará, en definitiva, a tomar decisiones contundentes sobre la manera de desenvolverse, facilitando con ello completar el proceso de metanoia personal.

Yerko Reyes Benavides

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