AménQuede tu Amor, cuando harto y cansado pierdo el camino y mis pasos no me llevan ya a ti.Quede tu Amor en los días de soledad y en las ausencias, en los abandonos y las indiferencias.Quede tu Amor, Señor, cuando llegue y a mí se abrace la tristeza, la desconfianza o el enojo.Que tu Amor quede, Jesús, en el instante en el que me rebele, al no aceptar la razón de tu misericordia, en vez de la fuerza de tu justicia.Quede tu Amor, cuando de tu altar me aleje; en ese tiempo de desconsuelo, cuando la oración se hace agría, y tu palabra amarga.Que tu Amor quede, Señor, en la tentación, en mis caídas, y al perder el sentido de la vida.Quede tu Amor, Jesús, en la alegría, el bienestar y la bonanza; y más se haga sentir cuando me visite la pena, en el duelo y la añoranza.Que tu Amor, amado Señor, quede en lo cotidiano, en lo ordinario de cada día; pues es mi afán de cada jornada, anhelarte, quererte y también perderte.Y final de todo, quede en mí tu Amor, para ser en todo, sólo por ti amado.
Yerko Reyes Benavides
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